Donald Trump ha declarado que planea declarar una emergencia nacional como respuesta a la llamada “invasión” de inmigración ilegal. Esto allanaría el camino para el uso de la Guardia Nacional en la frontera sur, como lo hizo durante su primer mandato. Los presidentes han hecho esto antes, aunque con ciertas restricciones, limitando su participación a funciones como apoyo logístico, ingreso de datos, vigilancia y apoyo a almacenes. La administración entrante tiene la intención de utilizar al ejército en una función de apoyo a las deportaciones, según Tom Homan, el llamado zar fronterizo de Trump.
La ley federal generalmente prohíbe el uso de miembros del servicio activo para hacer cumplir la ley dentro de los Estados Unidos a menos que lo autorice explícitamente el Congreso. Existen restricciones legales contra el uso del ejército estadounidense contra civiles, a lo que afirmó que las personas que serían atacadas no serían civiles. El diccionario de Oxford define a un civil como “una persona que no pertenece a las fuerzas armadas ni a la policía”, lo que inevitablemente es cierto en el caso de los inmigrantes indocumentados que no pudieron obtener la membresía en ninguno de estos grupos sin residencia legal.
Es importante señalar que a pesar de sus esfuerzos durante su primer mandato, Trump no pudo deportar a más personas que el expresidente Obama. Si Trump sigue adelante con este esfuerzo de deportación masiva, los expertos han calculado que el costo para la nación será de casi un billón de dólares en el transcurso de una década.
¡mucho cuidado!
Cuídese de los notarios, consultores en inmigración o cualquier persona no calificada y preparada en estos temas. Siempre busque la asesoría y los servicios de un abogado de inmigración para sus procesos y trámites migratorios.